Cómo es Puerto Edén: La joya de los canales patagónicos

Puerto Edén, es de esos lugares de los que una persona jamás podría enterarse de su existencia o que si lo llega a conocer, lo más probable es que se trate de una casualidad, pero una increíble, que puede ser recordada por toda la vida y es digna de contar.

Emplazada en la Isla Wellington, en la provincia de Última Esperanza y a una distancia de 22 horas de navegación desde Puerto Natales, constituye uno de los puntos medios entre el circuito que realiza el ferry Crux Australis entre esta última ciudad y Puerto Yungay. Una ruta destinada a conectar puntos australes del país, entre las regiones de Aysén y Magallanes, pero que debido a su atractivo recorrido, ha captado el interés de numerosos turistas que buscan adentrarse en los fiordos y canales patagónicos, observando espectaculares vistas de la naturaleza y distintas especies.

La contemplación del entorno desde la cubierta de la barcaza es uno de los mejores panoramas del viaje

Esta parada, es un hito clave tanto para los pasajeros como para los residentes del pequeño lugar, pues mientras que para los primeros se trata de una oportunidad única de conocer uno de los destinos más secretos del país, para los otros, se trata de una de las fuentes de abastecimiento que reciben una vez a la semana, en una localidad donde el aislamiento es la consigna de vida, ejemplos de esto, es que no cuentan con doctores de manera permanente, si no que van una vez al mes como parte de un programa de atención a zonas en ubicaciones extremas.

Una de las primeras imágenes al acercarse a la costa

De todas formas, sin ser un sector donde exista una concepción abundante del turismo, los habitantes se las ingenian para aprovechar esta visita semanal para ofrecer sus artesanías y algunas sorpresas como sopaipillas, ideales para un lugar que prácticamente el único clima que conoce es uno lluvioso, que arrastra grandes corrientes de viento y numerosas nubes, aunque por el verano, puede hacer un par de excepciones.

Al entrar en el lugar, una de las primeras impresiones y que llama la atención desde que la barcaza se acerca al Puerto, es que no existe ningún tipo de calle, solo pasarelas de madera que parecen conectar armónicamente el territorio habitado por casi 180 personas. Para quiénes han visitado Caleta Tortel, significará un inevitable parecido, pero hay que decirlo, Puerto Edén brilla con luz propia. Y es que se trata de uno de los últimos refugios del pueblo Kawésqar, una de las etnias originarias de Chile, formada por aguerridos navegantes que ante las continuas irrupciones en su estilo de vida, han visto reducida su población, pero aún dejan huella en sectores como este donde se puede sentir el misticismo y respeto que inspiran. No es de extrañar, que Puerto Edén haya sido el lugar escogido por los descendientes para asentarse, ya que existen una serie de islotes que rodean el lugar y permite que sus habitantes sigan navegando inagotablemente al sur del Golfo de Penas.

Las pasarelas son el único sistema de conexión terrestre

Actualmente, acá se vive de la pesca y de la abundante leña que entregan los bosques que abastecen las islas, pero lo que realmente destaca es el tranquilo e inusual estilo de vida que significa vivir entremedio de estas pasarelas, donde lo realmente esencial es la paz y la supervivencia en un entorno aislado y con maravillosos paisajes desde los distintos puntos que se pueden observar.